Después del escándalo en los premios Martín Fierro
Diversos medios aseguraron que un productor del programa de Víctor Hugo Morales había lanzado una frase antisemita. Aunque todos los testigos y un video revelado por Intrusos lo desmintieron, se multiplicaron condenas que incluso alcanzaron a la DAIA.
Por Emanuel Respighi
La ceremonia de entrega de los premios Martín Fierro a la radiofonía argentina expuso brutalmente el estado actual del periodismo argentino. Las polémicas, esta vez, no estuvieron relacionados a la poca o mucha legitimidad de los ganadores, ni a los siempre discutibles criterios de los miembros de Aptra. Nada de eso. La intención de Diego Leuco de agredir físicamente a un productor que había criticado el discurso de Alfredo Leuco, insulto a viva voz mediante, se transformó en uno de los más grandes papelones que se hayan visto en la historia del periodismo argentino. Un episodio vergonzoso que no se limitó a la ceremonia, sino que alcanzó status de bochorno ayer, cuando el menor de los Leuco intentó justificar su reacción afirmando que había recibido un insulto discriminatorio por su condición de judío. Incluso, el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, no solo dio por sentado esos dichos, sino que además dijo “haber visto en la entrega de los premios Martín Fierro que a Alfredo Leuco una persona le dijo ‘Judío de mierda’”, pese a que numerosos testigos habían negado tal cosa. De hecho, el programa Intrusos de América TV mostró el momento exacto en el que el productor Julián Capasso le recrimina a Leuco padre que hable de (Héctor) Magnetto y lo insulta (le grita “forro”), pero en ningún momento se escucha una frase antisemita.
Pocos episodios describen con tanta claridad la manera en que funciona la “posverdad” en la sociedad argentina como el ocurrido en los Martín Fierro. La enumeración selectiva de “malos” empresarios de medios que hizo Alfredo Leuco al momento de recibir su estatuilla, el reproche acompañado de insulto de Capasso desde su mesa, la actitud patoteril de Diego Leuco de querer hacer “justicia por mano propia”, pintan el cuadro de situación del agrietado periodismo actual. La instalación de algunos medios y del propio Leuco de que la reacción había sido producto de un insulto antisemita proferido por “un productor de Víctor Hugo Morales”, sostenido como una verdad irrefutable aunque ninguno de los testigos de la ceremonia lo había escuchado, demuestra la manera en que funciona el dispositivo mediático en una era en la que la verdad es huidiza. La diferencia con otros hechos es que esta vez la mentira quedó desnuda, ante la contundencia de las imágenes audiovisuales y del testimonio de los numerosos testigos, quienes coinciden en que no hubo insulto “judeofóbico” alguno.
Si bien ni bien finalizó la ceremonia Diego Leuco no había expresado en ninguno de los reportajes que había dado de que su reacción era consecuencia de un insulto discriminatorio en términos religiosos, desde algunos medios empezaron a instalar esa idea. “Hablá de DyN y de Magnetto, puto, cagón, judío de mierda”, era lo que, según publicó el diario Clarín, le había gritado a Leuco “el productor de Víctor Hugo Morales”. En esa línea, Jorge Lanata en su programa de radio también dejó correr esa versión como verdadera, repudiando el supuesto insulto y asimilándose con la reacción de Leuco. “A pesar de que suena un poco impulsivo, suscribo lo que hizo Diego Leuco frente a los insultos que le dijeron a su viejo”, señaló el compañero de Leuco en Lanata sin filtro, dando por hecho que el que lo insultó “mostró que era un nazi y un bruto”.
En su intención de justificar su accionar, Leuco hijo contó en El diario de Mariana su propia versión. “Cuando mi viejo estaba dando el discurso, empiezo a escuchar insultos. Tumulto, griterío, aplausos, y empiezan a aparecer insultos. Uno de los insultos, el último, el que me hizo dar vuelta, es de un carácter discriminatorio. No lo iba a mencionar, pero como todo el mundo está hablando de este tema lo voy a decir: es la palabra ‘judío’. Sin nada detrás, ni nada adelante. La palabra ‘judío’ de manera peyorativa. Los insultos venían siendo ‘forro’, ‘hdp’, ‘puto’, ‘cagón’, ‘judío’. En ese contexto es que yo escucho la palabra ‘judío’. Por eso es que me doy vuelta, porque los primeros me los aguanté, me dolía, a nadie le gusta que insulten a su papá, eso fue lo que más me dolió, pero cuando escuché la palabra ‘judío’ me pareció tan indignante, tan fuera de lugar, tan insólito, y me di vuelta”, contó en la pantalla de El Trece.
La instalación de esa versión llevó a la solidaridad pública de diferentes comunicadores y personalidades de la cultura, desde la periodista Cristina Pérez hasta Eduardo Feinman, pasando por el director de cine Juan José Campanella, entre otros. El aspecto más elocuente de los tiempos que corren lo dio, tal vez, el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, que no sólo se hizo cargo del supuesto insulto antisemita, sino que insólitamente afirmó “haber visto” un insulto mayor al se había difundido. “Lamentablemente, hemos visto en la entrega de los premios Martín Fierro que a Alfredo Leuco una persona le dijo ‘judío de mierda’. Pido perdón por la expresión, pero esa expresión no la vamos a tolerar y vamos a actuar, fuese quien fuese, en cualquier lugar del país. En la Argentina de hoy no hay lugar para las expresiones discriminatorias”, subrayó Cohen Sabban a la Agencia Judía de Noticias.
El sostenimiento de esta versión terminó chocando de frente con los hechos, si es que éstos todavía tienen importancia. En las imágenes captadas y difundidas por Intrusos, el programa de Jorge Rial, se ve cómo en el momento en que Leuco padre enumeraba a los dueños de los medios identificados con el kirchnerismo, Capasso se levanta de la silla y grita “Hablá de Magnetto, forro”. El insulto, injustificable, genera la inmediata reacción de Leuco hijo. En esas imágenes queda claro que hubo un fuerte insulto, pero en ningún momento se escucha una frase antisemita. El productor de la AM 750 señala, ante la consulta del cronista del ciclo, que se arrepiente del insulto surgido al calor del momento. “Me pareció muy injusto que haya pasado desapercibido que esta semana echaron a un montón de empleados de DyN (Agencia Diarios y Noticias) y no haya dicho nada. No dijo nada de DyN”, señaló.
Consultado por PáginaI12, Capasso agradeció “a todos los colegas que fueron testigos en la noche del sábado y ayudaron a aclarar que no hubo insultos antisemitas de mi parte”. “Pelearemos con la palabra y en debate defendiendo siempre nuestras convicciones. Sería penoso que alguien invente aberrantes insultos discriminatorios para trasladar su fobia y agresividad a quienes piensan distinto”, puntualizó el productor sobre un hecho que debería llamar a la reflexión antes que a la reacción airada basada en una (nueva) operaciòn de prensa.
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