Acoso Callejero
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«El grupo de las feas, las que inventaron que no hay que decir piropos»

Acoso Callejero

No está bueno legitimar el acoso callejero, sosteniendo que es algo hermoso para las mujeres que les digan cosas en el acoso callejero calle, cuando en realidad es una situación en la cual la mayoría se siente violentada. Se sigue poniendo a la mujer como objeto de ser juzgadas por una varón «superior» que tiene derecho a opinar acerca de cómo es y cómo debería ser…El «piropo»  refleja  la desigualdad de poder entre varones y mujeres en el espacio público. Escuchá a este grupo de varones, hablando de mujeres…y después repasamos «Qué es el Acoso Calejero»

Conversación entre varones en Polémica en el Bar:

-«Dejá de hablar boludeces y dejame que después viene el grupo de las feas…las que inventaron que no hay que decir piropos…que son todas feas…»

-«Hay «lindas» que tampoco quieren que les digan piropos»

-«No, las feas son. Es para emparejar para abajo…viene una fea y dice «yo te defiendo», «hagamos que no nos digan piropos». A vos no te dicen, por fea!!!»

-«No hay que decir piropos»

-¿Porqué si pasa una chica linda no se le puede decir?

Qué es el acoso sexual callejero (ASC)?

 Son prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona desconocida, en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios semi públicos (mall, universidad, plazas, etc.); que suelen generar malestar en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida.

Las prácticas de acoso sexual callejero son sufridas de manera sistemática, en especial por las mujeres, ocurriendo varias veces al día desde aproximadamente los 12 años, lo que genera traumatización no sólo por hechos de acoso especialmente graves, sino por su recurrencia.

¿Por qué el ASC es violencia?

Porque es una práctica no deseada, que genera un impacto psicológico negativo y que las personas, especialmente mujeres, pueden vivir varias veces al día desde los 12 años, en promedio.

Los efectos del acoso se demuestran en acciones cotidianas de la víctima como:

  • Cambiar los recorridos habituales por temor a reencontrarse con el o los agresores.
  • Modificar los horarios en que transita por el espacio público.
  • Preferir caminar en compañía de otra persona.
  • Modificar su modo de vestir buscando desincentivar el acoso.

¿Qué prácticas son consideradas ASC?

  • Miradas lascivas
  • “Piropos”
  • Silbidos, besos, bocinazos, jadeos y otros ruidos
  • Gestos obscenos
  • Comentarios sexuales, directos o indirectos al cuerpo
  • Fotografías y grabaciones del cuerpo, no consentidas y con connotación sexual
  • Tocaciones (“agarrones”, “manoseos”, “punteos”)
  • Persecución y arrinconamiento
  • Masturbación con o sin eyaculación y exhibicionismo

¿Por qué no es culpa de las víctimas?

Todas las personas tienen derecho a transitar libremente y con la confianza de no ser violentados, independiente del contexto, la edad, la hora del día o el vestuario que ocupa la persona agredida, los derechos humanos no dependen ni se suspenden por detalles del entorno. No hay excusas ni justificaciones para el acoso sexual callejero.

Es violencia de género, pues refleja en el espacio público la desigualdad de poder entre hombres y mujeres, a través del abuso sexual. En la actualidad, la violencia sexual es penada y no tolerada en otras situaciones y contextos (acoso laboral, estupro, violación), pero está pendiente sancionarla cuando ocurre en los espacios públicos.

Algunas manifestaciones de acoso sexual callejero son aceptadas como “folclóricas” o “tradicionales”, lo que tampoco debe ser argumento para tolerar esta vulneración. La violencia no puede ser patrocinada con orgullo por ningún pueblo o nación.

A la vez, el acoso callejero se vincula a la “coquetería” y sexualidad. Cada cual tiene derecho a experimentar su sexualidad como estime conveniente, siempre que no atropelle las libertades del resto. Quienes manifiestan su incomodidad y rechazo tienen derecho a mostrar su incomodidad. Asimismo, quienes acostumbran a acosar, deben comprender que han confundido la coquetería y galantería con violencia sexual.

Por todo lo anterior, las víctimas no deben sentir culpa o vergüenza por sufrir acoso sexual callejero, puesto que NUNCA ES SU CULPA. Lo importante es reflexionar de manera crítica y consciente, teniendo en cuenta que esta problemática afecta a personas particulares, pero responde a un fenómeno social complejo.

Fuente: Observatorio contra e Acoso Callejero (Chile)

 

 

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