Icono del sitio Agenda Urbana

El Maldito Agonista: «Aburrida sucesión de mierdas, encadenadas de manera desprolija”

El Maldito Agonista

Daniel Esteban López  nos cedió este texto, que formará parte de su segundo libro. Es una “Aburrida sucesión de mierdas, encadenadas de manera desprolija”, me dijo cuando me mandó su material y quizás ese sea el título definitivo del libro.

Es irreverente, sensible, rebelde, generoso y además un gran escritor. Tenés que conocerlo. Acá te lo presentamos.»Mientras más decadente se escriba, más bonito se leerá»…

Vive en la Provincia de Chaco, en la ciudad de Resistencia. Además de escribir, organiza eventos culturales en bares de la región para que diferentes artistas puedan mostrar sus laburos.

No solamente fomenta la literatura, también se interesa en la fotografía, la pintura y otras artes plásticas. La reuniones las hace en «El Carpo Bar» y «Natzumy». También hizo encuentros en estos lugares, que desgraciadamente, ya cerraron sus puertas: Myo Rockería, Bebeyvete,  CODA y Hendrix.

Daniel Esteban López es un apasionado de la vida, de la cultura y de su difusión. Hace todo lo que esté a su alcance para mantener viva una movida que cada vez se hace más grande. Además de los eventos antes mencionados, editó las revistas Subsuelo, Bohemia y Marginalia.

Actualmente se está preparando para el lanzamiento de Entelequia. Todas las publicaciones son de difusión, promoción y distribución independiente y autogestionadas. Es un artista que tenés que conocer y acá te lo estamos presentado. Si te gusta lo que lees, podés entrar a su Facebook y seguir algunas de sus publicaciones por esa vía.

Muchos hablan de manera muy liviana de los vicios;
el alcohol, las drogas, etc.,
bastantes fulanos resultan ser ahora los héroes de la borrachera,
los ídolos de la fafafa;
menganos que leen a un tal Bukowski
y lo emulan;
la moda está en la sangre,
mientras más decadente se escriba, más bonito se leerá.
Pocos, creo, encarnan el verdadero infierno de lo que predican,
hasta me arriesgo a decir que casi nadie lo hace.
Palabras acartonadas en un show muy barato que vende humo,
letras vanas y prolijas de un delito que aún nadie cometió.
Particularmente (y afortunadamente y lamentablemente) escapo de eso,
afortunadamente porque no vendo nada, ni pan ni circo,
ni espejitos de colores, aunque algunos no lo crean así,
soy tal cual me muestro, por más que eso no guste;
lamentablemente, y con mucho pesar lo digo,
sospecho que la prisión de los vicios me embagayó
en todas sus noches de insomnio y lágrimas y soledad.
La mitad de los que me leen, me conocen a medias,
unos cuantos saben de mis adicciones,
otros pocos, conocen mi casa y saben de mi encierro.
mis pocos amigos se turnan y van una vez al día para abrir la
única ventana que tengo,
de manera que el olor a humedad y humo no acabe por consumirme del todo,
y de paso, también se aseguran que sigo un poco vivo,
o no muy muerto.
De estos pocos amigos, un par tienen la llave de mi puerta,
pues me obligaron a darles una copia de la misma, para velar por mi seguridad.
Tal vez nadie crea esto, pero no me importa,
no estoy contando las miserias que me afligen,

sino que, hablando de mí, pongo de manifiesto lo que quiero reflejar de los demás.

Por los vicios, perdí al hijo que vive conmigo
y tengo la billetera completamente vacía,
el techo se me cae a pedazos,
las paredes se me caen a pedazos,
el alma se me cae a pedazos,
estoy solo,
los ojos se me irritan de manera constante y la nariz se me irrita
de una manera particular,
tengo los dedos amarillos y los dientes amarillos y partidos,
las manos me tiemblan,
me asfixio cada tanto, me agito, y a veces no puedo caminar;
un tenue mareo acompaña mis pasos,
tengo el estómago hecho pelota y el hígado hecho un desastre,
el cabello se me cae de a montones y babeo al caer desmayado
un rato después amanecer.

Esos, mis pocos amigos anteriormente nombrados, saben que voy a morir antes
de llegar a los cuarenta,
y por eso mismo vigilan que no me llegue la hora demasiado más temprano
de lo estipulado.

Como verán, los vicios no son una joda,
son una verdadera ruina, un caos, una enfermedad,
no deberían tomarse de manera tan liviana como se acostumbra en el presente,
o tal vez si (o tal vez no sé cómo deberían tomarse en realidad),
total, cada quién debería hacerse responsable de su propio circo,
de su propia mentira
y de su propia muerte.

 

  • Daniel Esteban López
5

Resumen

Nos cedió este texto, que formará parte de su segundo libro. Es una “Aburrida sucesión de mierdas, encadenadas de manera desprolija”, me dijo cuando me mandó su material y quizás ese sea el título definitivo del libro.

Salir de la versión móvil