Pensé muchas cosas. Pensé y calculé distancias. De repente choqué contra un paredón. Debía emprender el regreso por donde había partido. Tenía hambre, pero ya no sentía miedo. Caminé más…Pensé muchas cosas en mi primera salida…
por Daniela Rodríguez Gallego
La primera vez que salí solo fue en unas vacaciones en el pueblo donde vivía mi abuela. Yo estaba con mi prima más grande, que había viajado conmigo. Solo, sin supervisión de adultos. Recuerdo que abrí la puerta y dije: -Voy a salir un rato- Está bien, pero mirá bien al cruzar- contestó mi abuela. Llegué a la esquina y sentí miedo. Miedo de no saber calcular cuánto es un “rato” y que me llamaran la atención al volver. Caminé hasta llegar a la esquina. Preocupado, tratando de sentirme más grande de lo que era, pensando solamente que ese paseo que estaba dando, significaría más respeto ante los ojos de mi prima. Crucé la calle, la primera del paseo, y un auto me tocó la bocina. Me asusté, pero seguí caminando. Caminé unos metros más y sentí el paso más seguro. Seguí unos metros y empecé a sentir el olor del mar. También escuché el viento y me gustó. Me olvidé de mi prima burlándose de mí en la casa de mi abuela. Seguí andando y me acordé de la chica que me gustaba y pensé en qué estaría haciendo en la calurosa Buenos Aires. Me extrañaría? Pensaría en mí, como yo con ella a diario? Seguí caminando, siempre derecho, para no perderme. Derecho por 25 de Mayo. Eso me daba seguridad. Pensé en mi papá y en su nueva novia que todavía no me inspiraba confianza del todo. Pensé en mi mamá. Recordé lo linda que era y también recordé mi miedo de que algún extraño se enamorara de ella. Pensé muchas cosas, pensé y calculé distancias. De repente choqué contra un paredón. Debía emprender el regreso por donde había partido. Tenía hambre, pero ya no sentía miedo. Caminé más. Pensé en mi perra, que se quedó sola al cuidado de mi mamá. Pensé que me gustaba que en la casa de mi abuela no hubiera dos camas y tener la obligación de dormir con mi prima. Pensé en la hermana de mi mamá que ya no ve y en los primos que nunca conocí. Pensé muchas cosas en mi primera salida. Cuando llegué, mi abuela y mi prima me estaban esperando en la puerta de la casa –Cómo la pasaste gordito?- preguntó mi abuela, mientras se hacía gestos con mi prima.-Paseaste mucho?- me preguntaron. Respondí que sí con la cabeza y sentí la necesidad de ir a encerrarme en el baño para llorar sin ser visto. Ese día fue la primera vez que me sentí solo.
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