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Según ciéntificos, «Despacito» de Luis Fonsi y Daddy Yankee es un «gusano de oído»

Psicólogos y científicos bautizaron como  «gusano de oído» aquellas canciones que se nos quedan pegadas y no podemos dejar de cantar.

La expresión fue creada por James Kellaris, especialista en  la influencia de la música en los consumidores.

Investigaciones de neurociencia y psicología encontraron que hay elementos comunes en las canciones pegadizas. Quedó demostrado que las canciones que más pegan, son las que generan mayor comunicación entre las áreas del cerebro relacionadas con el sonido y las emociones.

«La música activa las áreas del cerebro relacionadas con el sonido y el movimiento, pero también las zonas asociadas a las emociones y recompensas» explica la doctora Jessica Grahn, neurocientífica que estudia la música en la Universidad del Oeste de Ontario.

Los estudiosos del tema postulan  que no existe una fórmula mágica, pero sí varios elementos que funcionan como una golosina para el cerebro.

Este primer ingrediente sería el ritmo: Cuando la música tiene un beat o compás sencillo de seguir, como en «Despacito», los experimentos demostraron que aumenta la actividad de la zona del cerebro asociada al movimiento, aunque la persona no se esté moviendo. Mucha de la música pop que escuchamos, tienen un ritmo que nos resulta familiar, casi predecible.

«Vosotros reíros del ‘Despacito’, pero la forma en que se rompe el ritmo antes del estribillo es una genialidad. La clave del tema» escribió en su Twiter  Nahúm García. «La ruptura en la cadencia es tan radical que remarca muchísimo tanto el enganche del estribillo como la intención sensual de la letra, creando una unidad entre intención y efecto que hace que funcione tan bien» y agrega «El cerebro se da cuenta de que ha habido un parón raro y eso le llama la atención».

«¿Y por qué se aplica este efecto en el primer «Des pa ci to» y no en el resto de la canción? Porque si lo aplican de nuevo puede cansar. «No puedes romper el ritmo de la canción muchas veces porque implica un esfuerzo para el cerebro». Explica García.

Los gusanos de oídos  son canciones repetitivas y poco complejas, ya sea en su ritmo, en sus letras o ambas.

Pero además tienen elementos inesperados, como por ejemplo un compás irregular, un patrón de melodía poco predecible o un efecto poco común.

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